Yo también, lo confieso. Yo también hice listas. Renglones firmes, esperanzados, en los que iba poniendo aquellos bolsos que quería tener. Mis listas tenían distinto orden. A veces, el primero era el más deseado. Otras, el más necesario, el más realista, el más útil... En todas, siempre, había un Lady Dior.