Querido rey Baltasar: te escribo a ti porque me he enterado de que tú le llevaste oro al Niño. Así que doy por descontado que tus gustos están más cercanos a los míos que los de tus Compañeras Majestades. ¿Incienso y mirra? ¿Me han visto cara de Botafumeiro? De ninguna manera. Tú sí que me entenderás, Baltasar. Te cuento que este año he sido muy buena. Terriblemente buena, diría yo. Incluso penosamente buena. Mi marido cree que es el estrés. Mi suegra, que estoy anémica porque no como. Da igual lo que me aprieten los pantalones y que me hinche a foie y vino delante de su naricilla respingona. Para mi suegra siempre estoy caquética y al borde de la inanición. Pero a lo mío, que no toca hablar de la madre de mi santo esposo. Centrémonos, Baltasar, querido. Sólo te voy a robar los segundos necesarios para que fijes en tu mente una dirección web: www.bolsosdefirma.com.

Primeras necesidades; Hermès y Chanel

Necesito –insisto, no es capricho, es purita necesidad- varias cosas de Hermès. A estas alturas de tu vida, con más de dos mil años a la espalda, entenderás que las cosas de Hermès y de Chanel no se quieren: se necesitan. Yo, ahora mismo, necesito un Garden Party. Estoy enamorada de lo fácil que es de usar, de su tejido chevron que está gritando chic a los cuatro vientos… y de su precio en Bolsos de Firma. Si puede ser, añade la pulsera Chain d’Ancre, que pienso poner con todo, desde unos vaqueros a un vestido de noche. También quiero una manta de Hermès: una Avalon sería maravillosa. O una de cachemir lisa. Lo dejo a tu elección.
Tengo un gran respeto por las tradiciones, buen rey, y espero que ese respeto sea reconocido y recompensado. No es de recibo que sigáis dilatando lo inevitable. Cada día 5 de enero cierro los ojos al irme a cama convencida de que, este año sí, me habréis dejado el Chanel 2.55 que os pido. En Bolsos de Firma los he visto en coral, en negro, en pitón, en blanco… ahí, ante mis ojos, por una fracción de su precio en tienda. Es cierto, todas los quieren, pero las demás no se dirigen directamente a ti, Baltasar. Y yo sí lo hago. Que conste, para no encontrármelo luego vendido, que me pido el Chanel Mini Flap Pitón. Que es mío, que no te líen ni te equivoques de casa al dejarlo. También quiero el abrigo de Chanel de tweed verde, el de forro de mutón, porque no solo de bolsos vive la mujer, ya tú sabes. Se lo he visto a Enmmanuelle Alt en una Semana de la Moda de Paris con un look negro y botines, y no duermo desde entonces. Aunque también me serviría el rojo Rabbit Rex de Vuitton… o una motor bike de Balenciaga o de Balmain. Ah! Y volviendo a Chanel, que es en lo que estábamos: quiero los pendientes Gripoix, los del triángulo rojo. Esos apártamelos que me los quedo.

 

 

 

Lo que siempre he soñado

Soy madre y te entiendo, Baltasar. Entiendo que no siempre podrás traerme lo que te pido. Entiendo que, tal vez, tú no puedes dejar a los pies de mi árbol este año un Evelyne ni un Herbag, porque Eugenio de Bolsos de Firma los vende en cuanto pisan la tienda. Yo empatizo con esa frustración tuya al no poder darme lo que quiero, porque sé lo que es ir a buscar por todos los Hipercor de la ciudad unas muñecas LOL para mi pequeña ratoncita y no encontrarlas en ninguna parte. Bueno, no es comparable, la verdad, pero quiero que sepas que puedo llegar a entenderlo. Por eso te pongo las cosas fáciles, te doy la web de bolsosdefirma.com, y solo tienes que fijarte en los productos que ponen “En existencia”. Bucea un poco, que me gusta todo. Todo, todo. Especialmente, los Céline. Hay varios. Desde el Trapeze tricolor al Clutch Diamond. O el excepcional Tote Luggage Cowhide, que me tiene loca. Por supuesto, sería feliz si descubriese bajo el árbol un Fendi. Ya sabes que, tras Hermès, Chanel y Vuitton, yo soy muy de Fendi. Los Peekaboo son muy “Yo”. Me sirve cualquier Peekaboo pero el de potro… ay, el de potro. Este año, puede ser por la anemia, me encanta todo lo animal, lo básico, lo primario. Y ha resurgido en mí un espíritu cromagnon, un je ne sais quoi de caverna, que me hace buscar acabados de pelo, visones, moutones y rabitts. Sigo enamorada del Fendi Bauletto multicolor que este año ha copiado descaradamente Amancio (y, aun así, Amancio, te respeto, por tu buen gusto… yo también lo copiaría si estuviese en tu pellejo).

 

Desideratum Postdata

Insisto, Baltasar, en que he sido buena chica. Que he hecho puntualmente mis deberes (los míos y los de mis hijos también, que cuando me rayo mucho se los hago yo y acabamos antes), que he trabajado lo más diligentemente posible (y créeme que tengo un trabajo feo de narices, de eso hablaremos en la carta del año que viene) y que soy merecedora de lo que pido. Y es más, te digo, Baltasar, que si en realidad eres Mago deberías estirarte. Deberías darme una lección de fe para curar para siempre mi incredulidad. Si existes, Baltasar, lo que de verdad quiero estas navidades es el Bolso Hermès Kelly de Cocodrilo que me está robando la salud. Esa es la verdadera razón de mi laconismo. Esa, mi congoja. Para qué negarlo. Si te viene mejor, deja para las demás clientas todo lo que te conté antes y concéntrate en el Kelly.

Te quiere, Paloma.